La contaminación de las aguas subterráneas, un problema para España

  • Cada año, 800.000 toneladas de nitrógeno acaban en el medio natural y existe un expediente sancionador europeo desde 2018

  • Según un informe de la Dirección General del Agua, cerca de la mitad de los acuíferos afectados no podrán recuperarse dentro del límite marcado por la legislación europea

La Directiva Europea 2000/60/CE establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas y supone un reto, tanto para España como para al resto de países de la UE, por el objetivo de conseguir el buen estado de las masas de agua en el plazo marcado. Centrándonos en las aguas subterráneas en España la sobreexplotación de los acuíferos y la contaminación difusa por nitratos son los principales escollos a superar. De hecho, la mayoría de los borradores de los planes hidrológicos de cuenca para el periodo 2022-2027 publicados —y que actualmente se encuentran en fase de exposición pública—, focalizan sus actuaciones y esfuerzos en las aguas subterráneas en la problemática de la contaminación por nitratos.

Y es que, según el informe de seguimiento de la contaminación por nitratos de diciembre de 2020 redactado por la Dirección General del Agua, de los 1.235 puntos detectados con exceso de nitratos por el uso de fertilizantes o el vertido de deyecciones ganaderas—que son un 28% de la red de control—, se calcula que, solamente, 693 alcanzarán un buen estado antes del 2027, fecha límite otorgada por la normativa europea específica para la contaminación por nitratos, y transpuesta en España a través del RD 261/1996. Otros 45 puntos podrían alcanzar el buen estado antes del año 2039, pero otros 480 puntos no tienen una fecha de pronóstico para solventar el exceso de nitratos.

Esta situación le ha supuesto a España un expediente sancionador, pero el reto principal es conseguir revertirla. La contaminación procede de las explotaciones agrarias y ganaderas y afecta de manera generalizada a numerosas masas de agua subterránea en grandes superficies de afectación, lo que dificulta su descontaminación ya que no existen focos puntuales sobre los que actuar directamente. Desde 2012, España vierte una media de 800.000 toneladas al año de nitrógeno al medio y, pese a los planes de actuación para reducirlas, la perspectiva no es buena ya que en su momento se consideró que la rebaja de excedentes debía ser de un 25% y se ha demostrado que se queda corta.

Las soluciones globales pasan, exclusivamente, por el establecimiento de redes de control para poder monitorizar en detalle la evolución de la contaminación y, sobre todo, la implantación de prácticas agrarias y ganaderas que limiten el uso excesivo de fertilizantes y la disposición inadecuada de las deyecciones ganaderas. En emplazamientos focalizados se puede plantear la utilización de métodos de biorremediación para reducir las concentraciones de nitratos, con el objeto de limitar la afección de una posible contaminación en pozos de abastecimiento de agua potable o bien, plantear técnicas y tratamientos específicos para rebajar la concentración de nitratos en aguas ya captadas y que vayan a ser inyectadas en redes de abastecimiento.

Es en este tipo de actuaciones focalizadas para mejorar la calidad del agua subterránea donde, desde ESOLVE, podemos aportar nuestra experiencia. El conocimiento que tenemos en las técnicas de biorremediación y en los procesos de tratamiento de agua nos permiten afrontar este tipo de retos con la mayor seguridad posible.

En definitiva, se trata de un problema de gran alcance y difícil solución que ha puesto a España en el punto de mira de la Comisión Europea. Los usuarios, administraciones y empresas especializadas tenemos que poner todo de nuestra parte para superar esta compleja situación.