La intrusión de vapores, una contaminación medioambiental que se cuela en casa

La volatilización de compuestos químicos orgánicos que penetran en los edificios pueden suponer riesgos sobre la salud humana.

Fuente: Minnesota Brownfiels

Históricamente los estudios de caracterización del subsuelo se enfocaban principalmente hacia los efectos adversos generados sobre las aguas subterráneas, sin tener en cuenta otros efectos nocivos como podía ser la volatilización de compuestos orgánicos volátiles hacia espacios confinados o interiores. Actualmente, y gracias a las mejoras en los métodos de investigación y en las tecnologías de detección, la relación entre el agua subterránea contaminada y los vapores generados del subsuelo se conoce mejor así como el modo en que estos pueden generar riesgos sobre potenciales receptores.

La intrusión de vapores es una de las maneras en que las sustancias químicas volátiles presentes en los suelos y aguas subterráneas pueden entrar y acumularse en el interior de edificios, parkings, sótanos, etc. Los compuestos orgánicos volátiles (VOC’s), son una clase de sustancias que se evaporan con facilidad y que se encuentran con frecuencia en el subsuelo de zonas industriales, estaciones de servicio u otro tipo de actividades donde ha habido derrames o se han vertido de forma incontrolada. En el caso de la zona saturada, pueden evaporarse y movilizarse por el subsuelo suprayacente hasta penetrar o infiltrarse en los edificios cercanos a través de las grietas en los cimientos, a través de un sistema de drenaje, etc. y, de esta forma, contaminar el aire interior.

El tipo de construcción y las condiciones en las que se encuentra, el tipo de suelo y las condiciones climatológicas son factores que afectan a la intrusión de vapores. La cantidad de vapores que entra a un edificio pueden variar a lo largo del tiempo, incluso cada hora, y ser diferente en los distintos niveles y habitáculos de un mismo inmueble.

La exposición a los vapores orgánicos volátiles puede llegar a suponer un riesgo para la salud, dependiendo del tipo y la masa de sustancia química, así como de la duración de la exposición que un potencial receptor puede entrar en contacto. Los efectos generados pueden ser molestia de olores, irritación respiratoria y ocular, dolores de cabeza, náuseas, etc. En los casos más graves y ante una exposición continuada durante años, puede aumentar el riesgo de padecer cáncer o daños sistémicos  irreversibles. Los riesgos para la salud humana pueden existir aunque no haya olores perceptibles.

Des de ESOLVE proponemos soluciones integrales y a medida para mitigar, reducir o eliminar la masa de compuestos químicos en el subsuelo y, de esta forma, evitar potenciales riesgos sobre la salud humana a corto y largo plazo.